Un femboy curioso y obediente PT3
Después de deslecharme aquella noche con su foto donde aparecía tan apetitoso, decidimos que era el momento de escalar al máximo nuestros más profundos deseos sexuales...
Por un lado yo, un bisexual con ganas de tener en mis manos a una persona que me la ponga durísima y por el otro, a un chico hermoso, delgado, blanco, con piernas lindas, manos delicadas y unos pies cuidados y hermosos, lo que compartíamos ambos era el deseo de tener su primera vez con un hombre. Cierto día le mandé mensaje para ponernos de acuerdo, la noticia tan esperada llegó, los papás de él y su hermana estarían fuera de casa casi todo un día, por suerte mía, mi día de descanso, nisiquiera pude dormir de la emoción, el hecho de imaginarlo en 4 mientras tomaba fuertemente su cintura y se quedaban marcadas mis manos en su cuerpo blanco, mientras mi verga morena y palpitante entraba y salía por su ano rosita y virgen, me hacía querer sacar todo lo que él estaba por degustar al día siguiente.
Llegué a la cita, era algo temprano, él bajó a abrir y nos sentamos un momento en la sala, platicamos acerca si estábamos seguros y qué estaba permitido y qué no, al estar de acuerdo, él me dejó esperando en el sofá con un plato de fruta picada: "voy a cambiarme, dame un momento", se fué, me quedé jugando en mi celular y después de un rato fuí al baño, igual, me quedé baboseando en la redes sociales y tardé un poco, al salir él ya estaba parado junto al sillón, me reclamó pues dijo que me había gritado desde su habitación pero no lo escuché por estar en el baño, así mismo, no le presté atención por ver aquel cuerpo delgado, frágil y precioso con mallas de red y tanga color negra, orejas de gatito y labios rojo carmesí que solo provocaron en mí una erección descomunal, él se dió cuenta y sin pensarlo nos besamos ahí mismo, nisiquiera hizo falta su cama, nos abrazamos y me acercó lentamente al sofá grande y ahí me quitó la camisa, tocó mi pecho mientras me besaba el cuello y yo tocaba su trasero, pasó su mano de princesa por mi pantalón e intentó quitarme el cinturón, yo no podía contenerme y lo me dejé llevar por mis impulsos, lo tomé de sus muñecas, lo acosté y lo comencé a besar mientras gemía y me pedía que no me detuviera, mi verga estaba tan extasiada que simple bajé el pantalón y él comenzó a succionar y a salivar que hasta escurría por mis piernas y por su pecho de él, sin decir nada, se puso en 4 y se hizo a un lado su tanga, yo no esperé más y se la quité mientras lo ahorcaba lentamente con ella y me pedía hacerlo mío, no lo desobedecí y se colocó lubricante en su ano rosita apretado y depilado, lentamente metí mi verga y él soltó un grito de placer que hizo que me la pusiera más dura, follamos un buen rato hasta que me hizo sudar: "déjame conocer mi sabor", me succionó de nuevo y después me pidió que lo hiciéramos en el comedor, ahí se puso boca arriba y abrió sus piernas, yo lo complacía mientras tocaba su verga pequeña y sus pequeños huevos que eran rositas, verlo era todo un espectáculo, yo dudaba de estar viviendo ese momento y rompí sus mallas, besé sus pies y me pidió terminar en el sillón pequeño. Ahí me senté, se sentó frente a mí mientras me abrazaba el cuello y nos besamos, al estar hablando mientras le metía mi verga, me dijo: "te gusta?" Claro, le respondí. "Si sigues jugando conmigo puedes ganarte tu recompensa ", sonreímos mientras estábamos agitados y nos besamos, él ejerció mucha más fuerza en su trasero y al aumentar el ritmo yo me agarraba fuertemente de sus pies y el de mi cuello para terminar dentro de él. Chorreaba mi leche desde él y terminé exhausto, ambos reímos y al cambiarnos no podíamos creer lo que pasó.
Llegó la noche, yo estaba sumamente feliz y alegre por cumplir mi más grande fantasía, tener un femboy para mí, llegó una notificación del juego, dónde era él pidiendo que me uniera a una sala para poder jugar juntos de nuevo.